La eterna batalla

El buen tiempo ya ha llegado y hemos empezado a ir a la playa a disfrutar de un día de naturaleza, tranquilidad y sol. Solemos ir a una cala cerca de nuestra casa que tiene sobre 700 metros de largo de los cuales los últimos 60 metros son nudistas y los otros 630 textiles. Es una cala preciosa de aguas turquesas custodiada por unos imponentes acantilados de mas de 100 metros.

Vamos temprano para poder aparcar bien (es importante) ya que se llena muy rápido de coches. Cada semana que pasa, la playa se masifica más hasta que llega Julio y dejamos de ir porque es imposible. La última vez que estuvimos (15 de Mayo) llegamos sobre las 10 a la cala y prácticamente éramos los únicos allí. Tiramos las hamacas y las toallas, nos quitamos el bañador, nos pusimos la crema protectora (esto está mal, la crema se pone en casa, 20 minutos antes) y nos tumbamos.

A las 11 el ambiente era inmejorable, con 5 o 6 parejas más en la cala, un sol precioso y un día que pintaba fantásticamente. Nos dimos un baño y apreciamos que la playa textil tenía unas 15 sombrillas repartidas en su extensión, pero que no había nadie en el agua (estaba muy fría, no sé..).

Cuando salimos del agua y nos tumbamos en nuestras hamacas «Made in Taiwan» amanece un grupo de 5 personas con todos los aperos para pasar un día fantástico en la playa, pesara a quien le pesara. Entre todos la media de edad sería de 26 años y eran 3 chicas y 2 chicos.

 

Cual es nuestra sorpresa, como si de una cámara oculta se tratase, extienden las toallas a nuestro lado en medio de la zona nudista. De primeras, pensábamos que eran nudistas, pero nuestra fantasía se esfumó en el preciso instante que vimos las miradas que nos procesaban (por no deciros que los chicos llevaban calzoncillos debajo del bañador), cuchichearon entre ellos y se tiraron al suelo.

Las otras parejas que allí estaban desaparecieron en los siguientes 20 minutos y nos dejaron a otra pareja y a nosotros «en la resistencia». Os aseguro que la playa textil no estaba ni al 20%…..

A qué vino esta gente ahí? Esperad que esto no termina aquí..

El problema no era que entraban al agua gritando «Ozú que friah» sino que no paraban de mirarnos (y no mirarnos a la cara precisamente) muchísimo, más de lo habitual. Imaginaos la estampa, nosotros tirados en las hamacas a 5 metros de la orilla y ellos en el el agua a dos metros de la orilla mirando fijamente, como el que se ha criado en un sótano toda su vida y sale por primera vez a la calle. Advirtiendo este panorama, cambiamos de posición a la toalla y decidimos ignorarlos y seguir disfrutando del día.

Cuando salieron del mar y se fueron a sus toallas, aprovechamos y nos metimos en el agua un rato a bucear. Fantástico. Cuando dejamos las profundidades turquesas y nos disponíamos a salir, observamos que una de las chiquillas (que no nos quitaba ojo), estaba con la GoPro enfocada cara a nosotros sin ningún pudor ni respeto (quién sabe lo que grabó).

Creéis que es normal que una desconocida te apunte con una Gopro cuando estás desnud@ bañándote?

Cuando vimos esto directamente fuimos a nuestra hamaca y no nos volvimos a levantar hasta que se fueron 4 horas después.

Me parece increíble tener que explicarle a unos chavales que por respeto no debían hacer fotos ni vídeo en una playa nudista, a parte que deberían estar en la playa textil colindante y vacía que habían cruzado. Ni me molesta que me vean desnudo, ni lo que piensen…

 

 

 

Me molesta la ignorancia.